sábado, 10 de septiembre de 2011

Ian Curtis: No te distraigas, toma nota, con extrema cautela






Komakino

Esta es la hora en que los misterios irrumpen. Perfecta extrañeza
imposible de reflejar, una mirada puede calarte hasta los huesos.
Otra visión que se escabulle, el encanto que cede
y como un relámpago se hunde en el fondo del océano.
Algo que nunca podré olvidar, el dibujo terminado, su inconsistencia… 
Terminado y descartado. Mirando un poco más allá
—a la negrura de cada lágrima— y recapitulando la vida que tuvimos
caigo en la cuenta, la sombra parada al borde del camino
siempre me hace acordar de vos. ¿Podré recuperar el control
con mi propia manera de hacer las cosas?
Adentro todo el conflicto, al costado los problemas…
las preguntas son apropiadas, pero las respuestas no concuerdan.


Atmósfera

Camina en silencio, pero no te distraigas.
Considera el peligro —siempre el peligro—
que inagotablemente murmura y se eterniza.
No te distraigas; camina, pero no le vuelvas
la espalada al silencio: enfrentados, tu extrañeza
y mi quimera son como una máscara que se cansó
de blasfemar contra sí misma. No te distraigas,
porque la gente como vos —desnuda la mirada—
sabe que es fácil andar en las nubes
o cazar junto a los ríos. Y en las ciudades
todas las esquinas quedaron vacías tan de repente.
Camina el silencio, no te distraigas;
toma nota, pero con extrema cautela.


Décadas

He aquí a los jóvenes, la gravedad doblando sus espaldas.
He aquí a los jóvenes, pero ¿dónde han estado?
Empujados al límite, golpeamos en las puertas
de las oscuras antesalas del infierno, nos deslizamos adentro,
espiamos entre bastidores todas las escenas repetidas
y a nosotros mismos como nunca antes nos habíamos visto:
un cliché de traumas y decadencia, las penas que sufrimos
nunca redimidas. ¿Dónde hemos estado? ¿Dónde? ¿Dónde?
Cansados, hechos trizas, perdidos para siempre
no podemos suplir el miedo —pánico— de la persecución.
Cada ritual corrió el velo de nuestros viajes,
abrió la puerta un instante para luego cerrarla en nuestra cara.  


Corazón y alma

Los instintos pueden delatarnos. Pérfido y tortuoso
en su decadencia, este viaje parece que conduce a sol
pero no. Hablo de un forcejeo entre el bien y el mal.
Es la hora de la verdad, te cedo mi lugar.
Te estaré observando con una mirada piadosa.
Resignado al fin pediré perdón, rezaré
una oración por los dos: corazón y alma
después de todo, uno de los dos se quemará
Más allá de la Creación, hay un abismo
un circo repleto con todos los idiotas presentes
que se ríe a costa nuestra, no obstante quedan cimientos
que aún arrancados de raíces se sostienen en pie.
Detrás de todo este bien nos espera el terror,
el golpe certero de una mano mercenaria;
cuando la crueldad regresa con un buen motivo
es inútil volver atrás, buscar la retaguardia; corazón y alma
después de todo, uno de los dos se quemará.  
Existencia…bueno ¿y qué hay con eso?
Yo existo en los mejores términos que puedo
el pasado es ahora una parte de mi futuro
y el presente está lejos —muy lejos— corazón y alma
después de todo, uno de los dos se quemará.


En la colonia

Con un dejo de anestesia en la voz, ella grita pidiendo ayuda.
Se oye el ruido de unos huesos al romperse.
Solíamos encontrarnos en este lugar. Mientras él duerme,
ella toma sus brazos. Tengo tantas cosas que hacer,
sólo no quisiera lastimarte. Bajo la mirada atónita de los padres,
el último beso y el último adiós, ella mete en su bolso
las lágrimas que intentaba ocultar. Un viento furioso aúlla
contra nuestra locura y me deja parado en el frío de esta colonia.
No veo la razón de tantas confrontaciones, tantas dislocaduras.
La vida en familia me hace sentir completamente malogrado. 
¿Qué hago aquí, parado solo en esta colonia?
En su infinita sabiduría, Dios te tomó de la mano
y te hizo comprender lo que es estar aquí, en su colonia. 

Traducción: Walter Cassara
Ian Curtis/Joy Divison: Reversiones (Editorial Caja Negra, Buenos Aires, 2008)

jueves, 8 de septiembre de 2011

Allen Ginsberg: No te enfades conmigo


No te enfades conmigo
                                                                para Chodok Tulku

               No te enfades conmigo
               Podrías morir mañana
Soy un fantasma hambriento vacío
¿tienes cambio para prestarme?

               No te enfades conmigo
               Lleno de Dios mañana
Pena me daría que te enojes,
¿quieres ser el Dios de mi pena?

               No te enfades conmigo
               La guerra empieza mañana
Me bombardearán Te darán en un ojo
con la Flecha Interdependiente

               No te enfades conmigo
               Hierve el infierno mañana
Si ardiéramos ahora inflamados
Pasaríamos siglos en horror frío

               No te enfades conmigo
               Seremos gusanos mañana
ambos retorciéndonos en el barro
partidos en dos por un arado
                
No te enfades conmigo
                ¿Quiénes seremos mañana?
¿quién sabe hoy quiénes somos?
Mejor es meditar y rezar
                 Tila, Mila, Marpa, Naro.
                                                        27/8/96
Versión de Ana Becciu
De "Muerte y fama" Editorial Lumen, S.A. 2000


 
Poema Whitmaníaco

Nosotros niños, nosotros
                    colegiales,
Chicas de América
       obreros, estudiantes
dominados por la lujuria
                                           18 de marzo, 1997
Versión de Ana Becciu
De "Muerte y fama" Editorial Lumen, S.A. 2000
 


Lamentación del sin techo

 Perdona, amigo, no quise molestarte
          pero volví de Vietnam
donde maté a un montón de caballeros vietnamitas
                             algunas damas también
y no pude soportar el dolor
                           y de miedo cogí un hábito
y pasé por la rehab y estoy limpio
          pero no tengo lugar donde dormir
                           y no sé qué hacer
                                        conmigo ahora mismo

Lo siento, amigo, no quise molestarte
          pero hace frío en la calle
                             y mi corazón está enfermo solo
          y estoy limpio, pero mi vida es un desastre
                                Tercera Avenida
                                y calle E. Houston
          en el paso peatonal bajo el semáforo en rojo
                   limpio tu parabrisas con un trapo sucio

                                                      24 de diciembre, 1996
Versión de Ana Becciu
De "Muerte y fama" Editorial Lumen, S.A. 2000


 
La inteligencia brillante
                   
Emigra de la muerte
para hacer un signo de Vida nuevamente en Ti
fiero y bello como un accidente de autos
                   en la Plaza de Armas

Juro que yo he visto esa luz
No dejaré de besar tus mejillas
             cuando cierren tu ataúd
Y los humanos de duelo vuelvan a su viejo
                   y cansado sueño .
Y tú te despiertes en el Ojo del Dictador
                  del Universo

¡Otro estúpido milagro! ¡De vuelta estoy equivocado!
¡Tu indiferencia! ¡Mi entusiasmo!
¡Yo insisto! ¡Tú toses!
Perdido en la Ola de- Oro que flota
                  a través del Cosmos.

¡Ah estoy cansado de insistir!   Adiós
me voy a Pucalpa
             a tener visiones.
                                        ¿Tus sonetos limpios?

Yo quiero tus borradores secretos
             más sucios
                                          tu esperanza,
en su más obscena Magnificencia, ¡oh Dios!

Versión de Marcelo Covian



Improvisación en Beijing

Escribo poesía porque la palabra inglesa Inspiración proviene del Latín: Spiritus, 
aliento, deseo respirar en libertad.

Escribo poesía porque Walt Whitman le otorgó permiso al mundo para que hablara 
con candor.

Escribo poesía porque Walt Whitman abrió el verso de la poesía a la respiración 
sin obstáculos.

Escribo poesía porque Ezra Pound vio una torre de marfil, apostó al caballo 
equivocado, les dio a los poetas  su autorización  para que   escriban su lengua 
hablada vernácula.

Escribo poesía porque Pound les indicó a los jóvenes poetas occidentales que 
observaran a los chinos escribiendo palabras dibujos.

Escribo poesía porque W.C.Williams viviendo en Rutherford escribió a la manera 
de New Jersey "Te patio l’ojo", preguntando luego ¿cómo podemos medirlo 
en pentámetro yámbico?

Escribo poesía porque mi padre era un poeta mi madre de Rusia hablaba comunista, 
murió en un loquero.

Escribo poesía porque mi joven amigo Gary Snyder se sentó a mirar sus pensamientos 
como una parte del fenomenal mundo externo del mismo modo que lo hicieron  
los integrantes de esa mesa redonda en el 84.

Escribo poesía porque sufro, nacido para morir, cálculos en los riñones, presión alta, 
todo el mundo sufre.

Escribo poesía porque sufro confusión no sabiendo qué es lo piensan los otros.

Escribo porque la poesía puede revelar mis pensamientos, cura mi paranoia también 
la paranoia de otras personas.

Escribo poesía porque mi mente vaga sometida al sexo la política la meditación 
en el Dharma.

Escribo poesía para retratar con precisión mi propia mente.

Escribo poesía porque tomé los cuatro votos de Bhodhisattva: innumerables en 
el universo son las criaturas Sensibles para liberar, infinitas mi propia codicia ira 
ignorancia que deseo atravesar, incontables son las situaciones en que me hallo 
mientras el cielo está O.K. y los senderos de la mente despierta no tienen fin.

Escribo porque esta mañana desperté temblando de miedo ¿Qué podría decir yo 
en China?

Escribo poesía porque los poetas rusos Mayakovsky y Yesenin se suicidaron, alguien 
más debe hablar.

Escribo poesía porque mi padre recitando a Shelley poeta inglés y a Vachel Lindsay 
poeta norteamericano dio el ejemplo –gran viento inspiración aliento.

Escribo poesía porque escribir de asuntos sexuales estaba prohibido en los Estados 
Unidos de América.

Escribo poesía porque los millonarios en el Este y el Oeste viajan en limosinas 
Rolls Royce, los pobres no tienen suficiente dinero para arreglarse los dientes.

Escribo poesía porque mis genes y cromosomas se enamoran de muchachos, 
nunca de jóvenes mujeres.

Escribo poesía porque no tengo ninguna responsabilidad Dogmática de un día 
para el otro.

Escribo poesía porque quiero estar solo y quiero hablar con la gente.

Escribo poesía para contestarle a Whitman, jóvenes dentro de diez años, 
hablen con las tías viejas y tíos aún con vida en Newark, New Jersey.

Escribo poesía porque en 1939 escuchaba por radio Blues Negros, Leadbelly 
y Ma Rainey.

Escribo poesía inspirado por las juveniles alegres canciones de los Beatles 
que han envejecido.

Escribo poesía porque Chuang-tzu no podía distinguir si era mariposa o hombre, 
Lao-tzu dijo el agua fluye colina abajo, Confucio dijo honrá a tus mayores, yo deseaba 
honrar a Walt Whitman.

Escribo poesía porque el exceso de ovejas y hacienda en las tierras de pastoreo 
destruye desde Mongolia hasta el Salvaje Oeste los nuevos pastos y la erosión 
es la creadora de los desiertos.

Escribo poesía usando zapatos animales.

Escribo poesía "Primer pensamiento, mejor pensamiento," siempre.

Escribo poesía porque las ideas no son comprensibles excepto cuando se manifiestan 
en  pequeñísimos detalles: "Ninguna idea más que en las cosas."

Escribo poesía porque el Lama Tibetano dice. "Las cosas son símbolos de sí mismas."

Escribo poesía porque los periódicos titulan un agujero negro en el centro de nuestra 
galaxia, somos libres para darnos cuenta.

Escribo poesía porque las Guerras Mundiales I y II, bomba nuclear y la Guerra Mundial III 
si la deseamos, yo no la necesito.

Escribo poesía porque mi primer poema Aullido que no pensaba publicar fue llevado 
a proceso por la policía.

Escribo poesía porque mi segundo poema largo Kaddish honraba el parinirvana 
de mi madre en un hospital para enfermos mentales.

Escribo poesía porque HITLER mató a seis millones de Judíos, soy Judío.

Escribo poesía porque Moscú informó que Stalin envío al exilio en Siberia a 20 millones 
de Judíos e intelectuales, 15 millones nunca regresaron a los cafés de San Petersburgo.

Escribo poesía porque canto cuando me siento solo.

Escribo poesía porque Walt Whitman dijo, "¿Yo me contradigo?" Muy bien entonces 
yo me contradigo. (Tengo buen tamaño, contengo multitudes.)

Escribo poesía porque mi mente se contradice a sí misma, un minuto está en Nueva 
York, al otro minuto en los Alpes Dináricos.

Escribo poesía porque mi cabeza contiene 10.000 pensamientos.

Escribo poesía porque ninguna razón ningún porque.

Escribo poesía porque es la mejor manera de decir todo lo que tenés en mente en 6 minutos 
o durante el transcurso de una vida.

Versión de Esteban  Moore


Allen Ginsberg (nació Paterson, New Jersey, en 1926 y falleció en 1997)

lunes, 5 de septiembre de 2011

Charles Boukowski: Creen que me guardé el secreto



624 – 0614

recibo muchas llamadas ahora.
todas son parecidas,
“¿sos Charles Bukowski,
el escritor?”
“sí”, les digo.
y me dicen que entienden
lo que escribo,
y que algunos de ellos son escritores
o quieren ser escritores
y que tienen aburridos
y horribles trabajos
y no pueden enfrentar sus cuartos
el departamento
las paredes
esa noche-
necesitan a alguien con quien
hablar,
y no pueden creer
que no los pueda ayudar
que yo no tenga las palabras.
no pueden creer
que a menudo
me doblo en mi cuarto
agarrándome la panza
y digo
“¡Jesús Jesús Jesús, no
otra vez!”
no pueden creer que la gente sin amor
las calles
la soledad
las paredes
son mías también.
y cuando cuelgo el teléfono
creen que me guardé
el secreto.

yo no escribo a partir
del conocimiento.
cuando el teléfono suena
yo también quisiera oír las palabras
que pudieran calmar
algo de esto.

por eso mi número está
en la guía.



462 – 0614 

I get many phonecalls now.
They are all alike.
"are you Charles Bukowski,
the writer?"
"yes," I tell them.
and they tell me
that they understand my
writing,
and some of them are writers
or want to be writers
and they have dull and
horrible jobs
and they can't face the room
the apartment
the walls
that night --
they want somebody to talk
to,
and they can't believe
that I can't help them
that I don't know the words.
they can't believe
that often now
I double up in my room
grab my gut
and say
"Jesus Jesus Jesus, not
again!"
they can't believe
that the loveless people
the streets
the loneliness
the walls
are mine too.
and when I hang up the phone
they think I have held back my
secret.

I don't write out of
knowledge.
when the phone rings
I too would like to hear words
that might ease
some of this.

that's why my number's
listed.


Charles Boukowski
(Andernach 1920 – Los Ángeles 1994)
 Poeta norteamericano

Versión de Tom Maver
Extraída del blog Hasta donde llega la voz