miércoles, 29 de febrero de 2012

Gabriel Reches: El mundo está lleno de chicos inquietos





Y que el conductor supiera que sufría
cambios el trayecto por negligencia
que el conductor supiera que había
trayecto original y otro que llamaban
variación los bien pensantes
adaptación quienes toleran
extravío si se alimentan
como del huevo propio el charabón
que al costado del camino ve
nadie pasa y desconoce qué es pasar, qué un ancla y qué
que el conductor supiera de trayectos
del desvío y certeza es causa, tía Berta
de hilo cosido en primeros mapas
la ruta, el nombre
que muertos dieron a estos lugares
que vivos pisan como si nada
del nombre nombre, cerebro
obsesión imperial, es que un olvido 
a la sombra parece más histórico
y después de tanto errar
alguien prefirió escupir semillas


*

El impulso es propio, está bien, igual tranquila
ni hace falta subir a la montaña, tía
Berta para ver, no hay lugar en el mundo para tantos
héroes que persiguen su sombra, cazadores del cáliz

tarde o temprano el volcán deviene en sedimento
la regularidad es inherente al mundo
los sex pistols viven de compradores obedientes
y ahorro el sueldo para tener a nietzsche

la libertad es una forma literaria y como tal responde a un orden


                    *


Y este frío tan hermoso
que penetra en pequeños huesos

este frío tan hermoso
que fomenta frustraciones de gente sola
el deseo de ser abrasado
más no sea por ceniza
que ya abrasó cuando simulaba maderas
aún crepitan, tía Berta

este frío tan hermoso
que va a helar aquello que llevamos
los últimos en vez de sangre helada

este frío tan hermoso
cómo lo expando

                   
                    *


Tía Berta
habrá estanque japonés, juraste,
donde todos vemos zanja
carpas donde perros se revuelcan
y bueno, algo es algo
dijiste como si algo
fuera algo invariablemente
como si todas las zanjas
terminaran en estanque
          si el destino
no pudiera ser otro
que observar con piedad
las hojas, cómo caen
delante del ocaso de los propios


                   *


El mundo está lleno de chicos inquietos
que buscan figurines de ken loach
el mundo está lleno de una u otra cosa

fundamentalmente
el mundo está vacío

el mundo está vacío de vos, tía Berta
el mundo está vacío de vos y de mi 
nada nos añora

el mundo está vacío de nosotros
es una playa completa de chicos
y de inquietudes para con loach

en la playa suena el hit del verano
que dice el mundo está vacío
vacío, vacío, vacío de vos tía Berta
oh sí, de vos y de mi


                   *


Tía Berta, si todos a la vez
orientamos ventiladores hacia el norte y los encendemos
podríamos cambiar la órbita de la tierra

tía Berta si todos a la vez saltamos con ímpetu
podríamos acomodar las placas continentales
obtener con el golpe un clima más favorable a la humanidad

pero el mundo y nosotros estamos enfrentados
la cuestión se reduce a quién
es eutanasia de quién


                    * 

Tía Berta, basta,  mirá el perro:

si le das un puf se recuesta para siempre en ese puf
si un valle frutal con algunas liebres queda en el vado
hasta en el vado morir o algo mejor

podría haberse alargado nuestra cola
mata en el pelo y osamenta que cada primavera
renovaríamos o no se, y qué

si vino el patchwork de cultivos y murallas
negamos lo dado para afirmar lo dicho
y después el impulso de fabricar esto
que acabó con lo otro y viene por lo último

                  
  * 

Cuando tomabas el último sorbo posible de la botellita de coca
podías pedir un deseo

a los cuatro cachorros para la perra
a los cinco nada
a los seis jugar bien al futbol
a los ocho una varita mágica que funcionara
a los trece que volviera mi padre
a los catorce vida eterna
a los dieciseis vida eterna con conciencia
a los veinte nada
a los treinta hijos normales
a los cuarenta salud y que se callara
a los cincuenta bienestar para los siguientes
a los sesenta dignidad y psicodelia
pero pidiera lo que pidiera nunca
dejé de aportar al pozo de extinción
en que ahogamos nuestros deseos

tía Berta, apenas te robé una gota


                     *         


En mi cabeza todo estalló
no es una canción de rock para llorones
que dice nena en mi cabeza todo estalló
en mi cabeza estalló todo
y no vuela por el aire
flota en mi cabeza que no estalla




Gabriel Reches (Buenos Aires, 1968)
De Es el fin del mundo, tía Berta (inédito)